Enamorarse

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dicen que meditar es observar sin juzgar, sin querer ni desear nada, solo observar.
entonces, enamorarse es la máxima expresión de la meditación. una meditación tan profunda en la que ya no eres, solamente estás.

en ese estado absoluto de consciencia ya no hay nada más.
no es que no haya nada, sino que no lo ves, no te importa, no te preocupa. de repente te caes de allí un minuto y atiendes cualquier tema cotidiano pero enseguida te acuerdas de ese amor que sientes y vuelves a la nube.

es dificil estar ahí, en ese punto de meditación suprema. apartarte del ruido del mundo y simplemente estar. igual que es complicado sentarte a observar de forma consciente teniendo un móvil en el bolsillo que te está vibrando cada tres minutos.

pero a veces pasa, te enamoras y ese tiempo, sean días, sean semanas, sean horas… ese tiempo es delicioso.
los problemas económicos, los rollos del trabajo… todo eso ya no es tan importante porque estás un paso más allá.
aceptas, sueltas y simplemente estás en ese momento.

creo que enamorarse es ese momento de lucidez en el que estamos totalmente conscientes. cuando nos enamoramos nuestro «yo» más puro está presente. no hay expectativas ni quereres ni preocupaciones.

claro, y por eso se pasa tan rápido. porque la vida te llama de vuelta a la oficina, a la rutina, a las obligaciones y a los quereres.
la vida te devuelve a las cosas que crees más importantes y vuelves ahí sin pensar en lo que estás dejando atrás.

por eso es imposible mantenerse enamorado. nos tendrían que mantener guardados al vacío para no infectarnos de realidad.

este enamoramiento perpetuo es lo que deben sentir esas personas que viven conscientes, los monjes del Tibet o yo que se, Buda, Jesucristo. personas iluminadas que se han separado de su propia mente y han aprendido a no ser… solamente estar.

tampoco tendría mucho sentido ser un monje tibetano con un marido, dos hijos, un trabajo de ocho horas y una hipoteca a treinta años. la vida nos exige ser, querer, necesitar para avanzar y para vivir mejor, muchas veces simpemente para vivir.

así que estos momentos de enamoramiento son como nuestra luz en la oscuridad. a veces somos y queremos, deseamos y necesitamos. ese es el ego que nos hace avanzar.

pero luego el universo hace lo que le parezca y nos chafa nuestros quereres y nos frustramos. y entonces dejamos de querer y aparece la consciencia y la luz y el enamoramiento. y así vamos viviendo.

esta forma de pensar está cambiandome profundamente. en serio, cuando entiendes que la vida consiste en buscar un equilibrio entre el ego y la luz comienzas a quitarte pesos de encima de una manera que no te puedes imaginar.

busca esos momentos de enamoramiento, déjate llevar y disfruta de esa sensación.
y al mismo tiempo dale duro, cúrratelo y demuestra lo que vales en la sociedad.
pero sabiendo soltar esas necesidades y quereres. trabajo por algo en lo que creas y si finalmente no llega… entiende que no lo necesitabas ni lo querías. Solo era tu ego.
y vuelve adentro y así… vive en ese equilibrio permanente.